Por qué el Estado no puede endeudarse eternamente
Introducción a los errores de la Teoría Monetaria Moderna
Uno de los postulados centrales de la Teoría Monetaria Moderna es que todo Estado con el control de su propio Banco Central (soberanía monetaria) no podrá jamás entrar en default. Explicar por qué este es un postulado equivocado es de vital importancia para llevar a cabo políticas económicas adecuadas en materia de contabilidad nacional. Si los Estados no tienen por qué entrar en suspensión de pagos, el endeudamiento público sería un mero apunte contable, sin consecuencia alguna sobre la vida de los ciudadanos.
Entrar en default tiene unas consecuencias sociales y económicas gravísimas. Con los Estados elefantiásicos que existen hoy en día, entrar en suspensión de pagos supondría la depauperación de todos los ciudadanos que en este momento dependen de estos Estados. Pensemos en el caso de los pensionistas, que verían su pensión reducida en un gran porcentaje, como consecuencia del saneamiento que habría de producirse en las cuentas públicas. La inseguridad jurídica para los inversores y la asfixia fiscal contribuirían a todos estos efectos nocivos ya mencionados, con una gran fuga de capitales y de personas.
Por desgracia, el Estado, tenga soberanía monetaria o no, puede acabar suspendiendo pagos, por mucho que genere un reflujo de moneda fíat para comprar deuda soberana. Pero antes de todo, ¿qué es la moneda fíat? Esta es un tipo de dinero (aunque dependa de la capacidad de cada una de ellas de transportar el valor intertemporalmente) que es emitido por un Banco Central que en última instancia recae sobre un Estado o entidad reguladora. La moneda fíat es un activo financiero –el dinero puede ser un activo real, como el oro; pero también puede ser un activo financiero, como las letras pagaderas en oro de los bancos del siglo XIX– que, en el momento de su emisión, es un pasivo fiscal del Estado, que salda con el cumplimiento de las obligaciones tributarias de los tenedores de la misma moneda. Como una deuda más del Estado, también puede ser impagada en términos reales, al depreciarse su valor en manos de aquellos tenedores que no tienen obligaciones tributarias con el Estado emisor.
El postulado de la Teoría Monetaria Moderna es apriorísticamente lógico e intuitivo. Según estos teóricos (véase a Randall Wray o a Warren Mosler), el Estado siempre puede acabar refinanciando su deuda con moneda fíat de nueva creación, sin necesidad de entrar en default. No obstante, los planteamientos de la Teoría Monetaria Moderna son resultado de una deficiente teoría sobre la oferta y la demanda de dinero. En primer lugar, no habría impagos de deuda soberana, pero sí de moneda fíat en términos reales. Esto es, porque cuando un individuo decide adquirir moneda fíat con un valor real de diez dólares, el Estado –en este caso la Reserva Federal– se “compromete” a que el valor real de la moneda no se deprecie, de manera que no impague en términos reales esta deuda, causando que los tenedores liquiden esta moneda y adquieran otra que preserve su valor a lo largo del tiempo.
Además, otro de los problemas que presenta la Teoría Monetaria Moderna (y que también se puede aplicar al ejemplo anterior) es que jamás habla de la posibilidad de inflación como consecuencia de las políticas que sus teóricos defienden, centrándose únicamente en la solvencia de los Estados. Sin embargo, la quiebra del Estado no es el único escenario económico que afecte negativamente a los seres humanos. Con ese refinanciamiento perpetuo que defienden, el poder adquisitivo real de su moneda se reduciría, y todas estas consecuencias del default se producirían en la forma de una inflación galopante –pérdida adquisitiva de los pensionistas, fuga de capitales… Por añadidura, para que un Estado se pueda endeudar, es necesaria una demanda externa de su moneda fíat, pues no este no se podría endeudar si nadie está dispuesto a adquirir moneda fíat al precio ofertado.
En conclusión, el error en el que cae la Teoría Monetaria Moderna radica en tener un marco teórico sólido en materia monetaria, excluyendo completamente los efectos que sus políticas tendrían en la demanda de moneda fíat. Sea como fuere, el default es un escenario excepcional que no debe producirse si se preserva el valor de la moneda y se mantienen las cuentas públicas saneadas –lo cual no están haciendo países europeos, como el español. Si se quiere profundizar sobre la Teoría Monetaria Moderna y sus errores, el libro de Juan Ramón Rallo Contra la Teoría Monetaria Moderna es altamente recomendable, así como la lectura de los defensores de la teoría, como Paul Krugman, Randall Wray o Warren Mosler.